Parece que últimamente la lluvia se deja influenciar por las redes sociales. Se comporta como un típico caso de TDH, va a su bola, desconoce los cauces de expresión normales, gesticula, vocifera y todo lo exagera.
Acaparar: o dicho de otro modo, «parar acá», momento en que uno aprovecha para dejar las cosas en el suelo, amontonadas, razón por la que lo llaman «acaparador».
Sí, la he visto. 😂 Hay tantas cosas que no usamos y siguen siendo tan necesarias. Como una piedra preciosa caída en un pozo, la belleza de poder redescubrirlas algún día hace que valga la pena su mera existencia.
A ver, que lo amante no quita lo fetichista, lo facilita. ¿No la definió Flaubert acaso como la orgía perpetua? ¿No es la poesía acaso la lencería del idioma? ¿No me he dejado acaso la sartén en el fuego? 🤷♂️
Hace años hice un curso de budismo zen en Japón. Recuerdo bien las primeras nieves en torno al templo, ese blanco deslumbrante que emanaba del paisaje. «A esto en occidente lo llamáis blanco níveo, sabes por qué», dijo mi maestro. «¿Por qué?», pregunté yo. «Porque con tanta luz ni ves tú níveo yo».
Hoy hace un sol de noviembre. Ya sé que es octubre, pero los soles a veces se cansan, demasiadas horas en la misma posición, qué dolor de espalda sostenerse allá arriba. Y entonces se intercambian guardias y turnos, de modo que a inicios de octubre te encuentras de improviso un sol de noviembre.