Combeferre
banner
bombycidae.bsky.social
Combeferre
@bombycidae.bsky.social
12 followers 7 following 1.9K posts
Camille Combeferre. Él/him. Primum non nocere.
Posts Media Videos Starter Packs
Pinned
Combeferre était un guide.
—Oh... ¿Te están incomodando? —Preguntó con el ceño fruncido—. Si intentan averiguar si te llevas a alguien a casa se van a llevar una decepción.
—Debe ser una apuesta —Negó con la cabeza, aunque sonreía—. Bueno, si les hace ir a clase supongo que no es malo.
—¿Los tres? ¿Cómo es posible? —Se rio divertido—. ¿Es que habían cerrado el Corinthe y no tenían a dónde ir?
—Lo intentaré —Era todo lo que podía prometer. Le apenaba ver a Enjolras pedírselo, pero no era capaz de decir otra cosa y que no fuera una mentira—. Vamos, cuéntame tú algo. ¿Has visto a alguno de nuestros amigos?
—Últimamente parece que hay más malos que buenos —Suspiró y negó con la cabeza, como si quisiera sacar esos pensamientos con el movimiento—. En fin. Se me pasará, solo necesito descansar un poco. Gracias por estar ahí, Enjolras.
—No sé si gran cocinero se ajusta a mis habilidades... Pero al menos aún no he envenenado a nadie —Guardó de nuevo su reloj y se puso en pie—. Aún queda algo de sopa. Podemos hacer algo para acompañarla.
Miró su mano y después a él, dedicándole una sonrisa.
—Disculpa. No estoy siendo buena compañía, no hago más que quejarme. Solo con verte ya haces el día más llevadero. Habría acabado comiendo cualquier cosa en el hospital si no me hubieras invitado.
Pudo reconocer la duda de Enjolras y se aventuró a adivinar por qué.
—Es tarde —Dijo mientras fingía que miraba con interés su reloj—. ¿Has cenado? ¿Quieres quedarte? No somos grandes cocineros, pero al menos no te quedarás con hambre.
—Tendremos unos meses duros, intentando atender a los mismos pacientes en menos espacio. Pero al menos sabremos que después todo irá a mejor —Movió la comida en su plato. Quería pensar que sería menos de un año, y que no todos los días serían como el que estaba pasando.
—Eso creo. No me han contado nada nuevo, pero van a renovar una de las alas del hospital. Han tenido que trasladar todos los pacientes y está siendo un caos...
—Al contrario que el resto, trabajo porque quiero. Podría vivir sin hacerlo —Miró cómo apartaba los guisantes, pero no dijo nada. Se centró en comerse lo de su plato—. Me temo que soy más lirbe que la mayoría de personas.
—Creo que nadie en este mundo podría olvidarte. Y sí, coincido contigo. Hemos pasado malos momentos, pero han merecido la pena para estar ahora tan felices. Libres.
—Ojalá pudiera haberte traído conmigo. Me sentí muy culpable —Suspiró—. En fin. Eso ya no lo podemos arreglar. Pero al menos ahora estamos juntos.
—Y yo a ti. Cada vez que pensaba en lo mucho que me gustaría hablar contigo, me sentaba a escribirte. Hubo momentos en los que temí que me pidieras que no te enviara tantas cartas —Se rio.
—Oh, eso no significa nada. Aún puedes adelantarles —Le sonrió—. Gracias. A mí también me costaba no irme de algunas clases.
—Me gustaría que pudieras acabar tus estudios, Enjolras. Si les insultas, se enteren o no, tardarás tanto como el resto de nuestros amigos.
—Por lo que me has dicho, más que un debate lo que has hecho ha sido insultarle. Pero sí, estoy de acuerdo contigo, tienen muy baja tolerancia a que cuestionen su autoridad absoluta.
—Nada que una buena noche de descanso no pueda arreglar —Trató de reponerse y dedicarle una sonrisa a Enjolras. No quería preocuparle más—. Sé que es difícil escuchar a los profesores decir algo con lo que no estás de acuerdo como si fuera una verdad universal, pero no ganas nada si te echan.
—Si hemos hecho bien nuestro trabajo, les amis podrán seguir aunque faltemos cualquiera de nosotros —Dijo respondiendo a Grantaire—. Escribiré a mi familia, entonces. En un par de días tendremos el contrato y podremos irnos.
—Lo sé. Lo siento —Se frotó la cara con las manos—. ¿Tienes clase por la tarde?
—No tengo mucha hambre —Murmuró tras suspirar de nuevo. Miró la carta, pero nada le apetecía. Estaba demasiado cansado—. Cualquier cosa me sirve.
—Cuando llegue a casa tendré la energía justa para meterme en la cama —Respondió encogiéndose de hombros—. Comeré algo por aquí. Al menos podré entrar mañana más tarde.
—Haré lo que pueda. Lo prometo —Le miró con algo de tristeza y respondió en el mismo tono de voz que él—. Déjame un hueco en nuestra cama.
—¿Qué? ¿Has hecho llorar al profesor? Enjolras... —Suspiró cansado—. No sé a qué hora volveré. Es mejor que no me esperes.
—Hay mucho trabajo —Se sentó, oliendo una última vez las flores antes de dejarlas sobre la mesa—. Creo que llegaré tarde esta noche. ¿Y tú?