Combeferre
@bombycidae.bsky.social
12 followers 7 following 1.9K posts
Camille Combeferre. Él/him. Primum non nocere.
Posts Media Videos Starter Packs
Pinned
Combeferre était un guide.
—Sí —Se frotó los ojos tratando de despertarse—. ¿Y tú? Estabas cansado.
—¿Mm? —Tardó un poco en abrir los ojos, y más aún en poder decir que de verdad estaba despierto. Se tapó la boca con la mano para bostezar—. ¿Siempre te despiertas antes que yo?
Combeferre tampoco tardó mucho en dormirse. Estaba tan cómodo y tranquilo en sus brazos que no pensaba en todas las cosas que podría estar haciendo en vez de dormir.
—Te quiero, Enjolras. Que descanses —Le besó en la frente antes de acomodarse. Él también estaba cansado, y solo de pensar en el día que le esperaba tenía aún más sueño. Cerró los ojos tratando de concentrarse en la respiración de Enjolras y calmar su ajetreada mente.
—Por supuesto. Aunque te advierto que a veces hay que beber cosas terribles —Le acarició la nuca con delicadeza—. Anda, duérmete. Estás cansado y no quiero mantenerte despierto más tiempo.
—Sí que se nota en el sabor —Respondió sonriente—. Probé con gasas del hospital, parece que filtran mejor... Quiero probar con más telas, y calentar más el agua. Quizás no sea algo revolucionario, pero es divertido.
—No he tenido tiempo de leer más... —Se lamentó. El tiempo libre que había tenido lo había pasado bebiendo café en silencio—. Pero he... Quizás suene estúpido. He estado probando nuevos filtros para hacer café. Quería saber cuánto influiría en el sabor el cambio de tela.
—Oh, Enjolras. Me hace muy feliz oír eso —Le dio un apretón a su mano, su sonrisa haciéndose más amplia. Pensó en hablar sobre lo que había reflexionado esa tarde, pero no sabía si arruinaría ese momento de paz. Pensó en silencio en Grantaire, en si guardaría algún sentimiento negativo hacia él.
quien quería y en quien confiaba tanto. Puso sus manos sobre las de él, soltando un ligero suspiro—. Yo también te quiero. Contigo hasta las cosas más mundanas son especiales.
—No me retracto. Mi intención nunca fue que se convirtiera en una obligación... Solo lo digo ahora por aclararlo. Si lo haces porque quieres, entonces bien —A veces, cuando Enjolras le miraba de esa manera, sentía que podía ver a través de él. Era difícil mostrarse vulnerable, incluso con alguien a
—A mí tampoco —Le acarició la espalda con una sonrisa en el rostro. No había nada mejor que estar así con Enjolras—. Hablando de eso, lo que dije de dormir juntos una vez a la semana... Tampoco te lo tomes como un contrato. Es orientativo, no pasa nada si una semana no podemos.
—No me voy a ningún lado. Ten paciencia —Respondió con una sonrisa. Trató de hacerlo rápido, reconociendo la expresión en su rostro por una de frustración. Cuando estuvo satisfecho, dejó la toalla a un lado y se metió bajo las sábanas con él, rodeándole con los brazos inmediatamente.
—Sí, a pesar de todo —Volvió a reírse—. Me has secado a mí y no a ti mismo.
—Suena bien —Se rio con sus movimientos—. ¡Enjolras! Estás muy mojado, déjame que te seque. No quiero que enfermes.
—Sí... Mañana trabajo —Usó su toalla para tratar de secarle el pelo—. ¿Y tú? ¿Tienes clase?
—No. Es porque eres guapo —Se dejó llevar rodeándole en todo momento con la toalla. Caminaban de forma un poco extraña, pero no le importó.
Sonrió agradecido y después puso una exagerada cara de sorpresa.
—¡Oh! ¿Quién es este hombre tan guapo que ha aparecido ante mí? —Bromeó dejándole un beso en la nariz.
—¿No tienes frío? —Le abrazó rodeándole con la toalla y acercándole hacia sí—. No, no tengo planes de ir a ningún sitio. Pero cuando te alejas un poco de mí te conviertes en una mancha.
—Gracias —Trató de no moverse mucho mientras esperaba a que Enjolras cogiese su propia toalla—. Creo que dejé mis gafas junto a mi ropa.
Suspiró. Algo bueno debía haber hecho para tener el amor de Enjolras.
—Deberíamos. Ten cuidado, creo que hemos salpicado fuera —Miró al suelo, pero sin las gafas no era capaz de reconocer dónde había agua—. Creo que voy a necesitar un poco de ayuda.
Pestañeó un par de veces sin saber qué responder. ¿Sus ojos? ¿Su sonrisa? ¿Aire misterioso? Le sonaba tan extraño oír eso de sí mismo, y más de alguien como Enjolras. Le abrazó y apoyó la cabeza en su hombro, escondiendo su sonrojo.
—No sé qué decir —Admitió en voz baja—. Gracias.
—No creo que tenga nada destacable de mi aspecto —Dijo tratando de sonar como si no le importase—. Supongo que la belleza es subjetiva. Me alegra que me puedas encontrar atractivo.
—Bueno... Quizás no dedique tanto tiempo a mi aspecto como alguno de mis amigos, pero trato de ir arreglado —Se excusó avergonzado. Se pasó una mano por la cara, pensando en que tendría que afeitarse por la mañana—. Puedes tocarme el pelo todo lo que quieras. Es agradable.
—Ah, ¿sí? —Preguntó sorprendido. Se agachó un poco para hacérselo más fácil—. Nunca le he prestado mucha atención.
—Ya me paso el día mirándote —Le dedicó una sonrisa mientras le daba la pastilla de jabón.