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El Sebas y Jaimito🏡 | 📦🐖💗 | 🇲🇽 | en mi torturada era ✒️
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𝓙𝓾𝓼𝓽 𝓜𝓪𝓻𝓻𝓲𝓮𝓭

#VolkacioAu #viktorvolkov #horacioperez
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Lo dejo por aquí sin el privatter ❤️

#Volkacio
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with you, only you
#volkacio
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Mil disculpas por la demora, pero aquí está el primer capítulo corazones🥹🩷
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✧ 。゚ ⊹˖ 𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑢𝑛𝑜 ˖ ⊹ ゚。 ✧
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Ambos sabían que no existía prisa alguna, pero cualquier cosa que el destino les tuviera preparado, esperaban con todas sus fuerzas que mantenerles juntos fuese la única condición de afrontarlo.
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Pegando un pequeño sobresalto, sintió cómo los brazos de Volkov le abrazaban por detrás, dibujando una inmediata sonrisa al volver a sentir aquel calor entre su cuerpo.
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Aún estaba completamente desnudo, pero a esta altura no creía que fuese importante el cubrirse como su necesidad de volver a tener entre sus brazos a Horacio.
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Horacio estaba ahí, justo frente a él, usando una de sus camisas y unos bóxers que también reconoció como suyos.
Se puso de pie de la cama, estirando sus brazos al instante y caminó hacia el chico de cresta despeinada.
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Si no fuese por aquella primera imagen al despertar, quizá el ruso habría entrado en pánico al no sentir en la cama ni entre sus brazos al chico que le había explotado la cabeza la noche anterior, pero no había sido el caso.
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Volkov abrió lentamente sus ojos, algo incómodo por la luz que entraba por la ventana del balcón de su habitación, el mismo que daba una increíble vista hacia el mar y que lo hacía aún más perfecto el chico que reposaba sobre el barandal del mismo.
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aquel par terminaron por caer totalmente rendidos uno al lado del otro, sumergiéndose en el sueño profundo hasta el amanecer.
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Ambos, jóvenes y con un deseo gigantesco de averiguar de que se trataba con exactitud la conexión que sentían al estar juntos no les hizo frenar con una sola vez, por lo que después de una larga, intensa y pasional noche,
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Aquel movimiento hizo que el más joven terminara sobre su vientre y en la mano blanquecina, obsequiando al ruso aquellos dulces y melodiosos gemidos del orgasmo de Horacio haciéndole que se corriera casi al instante de escucharles.
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Volkov sujetó firmemente el miembro moreno, masturbando con movimientos algo bruscos pero ciertamente correctos, reflejando la desesperación que Horacio sentía en ese momento por correrse de una buena vez.
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El choque obsceno de pieles les tenían locos y, como si fuesen cómplices, sus miradas compartían el mismo deseo que no era necesario decirlo con palabras.
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Las embestidas eran cada vez más precisas y certeras, golpeando aquella zona que a Horacio le hacía gemir cada vez aún más.
Ambas miradas completamente aguadas chocaron entre sí, reflejando lo perdidos y extasiados que estaban en el momento.
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como si el mundo en ese momento pudiera terminar porque al fin habían encontrado lo que ambos necesitaban para darle significado a sus vidas.
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Ambos estaban completamente maravillados por lo bien que sus cuerpos reaccionaban al contacto con el otro. Como si realmente hubiesen nacido para estar juntos,
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—Mierda, Víktor… —le abrazó con las piernas, pegándole por completo hacia él para sentirle por completo dentro suyo.
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Los besos continuaron cuando Horacio sintió que podían incrementar la velocidad ya que, esperaba dejarlo en claro en algún momento, le gustaba hacerlo más fuerte y rápido.

—Eres increíble… —susurró el ruso en el oído del contrario— me encantas…
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Víktor volvió a juntar sus frentes, respirando el mismo aire e intercambiando suspiros mientras las estocadas empezaban a tener algo de ritmo.
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Terminando de adentrarse, el más alto esperó la aprobación del de mirada bicolor para empezar a moverse, recibiéndola un poco después ya que también el tamaño que el ruso poseía era de tomar sus precauciones.
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el cual no estaba tan distinto a él ya que sujetaba con algo de presión su propio pecho con la otra mano tocaba el bajo vientre del ruso.
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Volkov se introdujo lentamente, entrecerrando sus ojos sumergido en el placer que las paredes del interior de Horacio le hacían sentir pero aún atento a las expresiones de este último,
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Colocó rápidamente el preservativo en su miembro rosado, acomodándose pacientemente entre las piernas contrarias uniendo sus miradas por una última vez antes de convertirse en uno solo.