Arte del grimorio
            Un hecho consustancial al ser humano parece ser el querer manipular, con los elementos que tiene a su alrededor, los hechos que suceden en la realidad. Las creencias en lo divino o más allá, implican que esta manipulación permite el contacto con entidades de ese otro mundo puede permitirles influir en el mundo terrenal. Dicho en otras palabras: intentar manipular el macrocosmos para influir en el microcosmos. A esto es a lo que comúnmente llamamos “magia”. Pues bien, desde que tenemos constancia del comienzo de la escritura, allá en Mesopotamia, podemos encontrar las fórmulas con que el hombre ha querido realizar esa “magia”. Los textos mágicos escritos, de los que tenemos constancia en todas las culturas, son lo que conocemos como “grimorios”. Hechas estas primeras disquisiciones que nos parece oportuno señalar al comienzo de esta reseña, podemos adentrarnos en la obra que nos propone Owen Davies, titulada Arte del grimorio. Una historia ilustrada de libros mágicos y de hechizos, que nos presenta la editorial Akal en su edición en castellano, profusamente ilustrada y en tapa dura. Owen Davies es un historiador británico nacido en 1969, especializado en la historia de la magia, la brujería y la medicina popular. Es profesor de Historia Social en la Universidad de Hertfordshire y ha sido descrito como el principal experto académico de Gran Bretaña en la historia de la magia. No en vano, su saber queda refrendado en la lectura de estas páginas. El itinerario que nos propone Davies se centra en los distintos soportes de la escritura de esos hechizos, desde la arcilla de las tablillas cuneiformes, hasta los textos impresos en papel, pasando por papiros, pergaminos o tablillas de bambú, incluso restos óseos como cráneos, sobre los que se ha dejado por escrito ese testimonio mágico. Los libros fueron también un vehículo importante para transmitir esos conocimientos mágicos. Citemos el manuscrito más importante de magia talismánica de toda la Edad Media: el Picatrix. Un libro escrito en Al-Andalus por Maslama Al-Mayriti, que fue traducido al latín en la corte del rey Alfonso X el Sabio en el siglo XIII, probablemente en la Escuela de Traductores de Toledo, desde donde se difundió por toda Europa como un manual de magia astrológica y filosofía ocultista. Otro texto clave es De Occulta Philosophia (1531) de Heinrich Cornelius Agrippa, estructurado en tres volúmenes, que se convirtió en el libro más influyente de magia en el occidente moderno y que trataba sobre magia natural, celestial y ceremonial. Pero la llegada de la imprenta no terminó con los manuscritos mágicos, es más, muchos de los conjuros basaban su poder y su consecución certera a un ritual que implicaba la escritura a mano (muchas veces con sangre de animal o de su víctima). Un ejemplo de ello son los grimorios conocidos como libros de sombras o los grimorios nigrománticos, como el Libro de Abramelin, el Ars Notoria o el Grimorio del Papa Honorio, que exigían que sus símbolos y fórmulas fueran copiados manualmente para que conservaran su eficacia ritual. En el Londres de finales del siglo XIX se constituyó la sociedad secreta más famosa de la época, cuyos ecos resuenan todavía hoy. La Orden Hermética de la Aurora Dorada (conocida popularmente como la Golden Dawn) fue el nicho en el cual se forjaron magos tan célebres como Arthur Edwar Waite (creador de uno del tarot contemporáneo más famoso, el llamado Tarot Rider-White-Smith) o Aleister Crowley (también llamado la Bestia 666) mago negro e icono de la cultura pop. Pero el personaje de la orden que más influencia sembró fue uno de sus fundadores: Samuel Liddell MacGregor Mathers. Tradujo grimorios clásicos y creó complejos rituales mágicos. También sistematizó una magia ceremonial basada en la Cábala, el tarot, la alquimia y la astrología. Su mayor contribución fue estructurar la magia como una vía de desarrollo espiritual, dando origen a corrientes contemporáneas tan relevantes como la Wicca, el neopaganismo o la magia ritual moderna. Por último, mencionar otra corriente surgida también en el seno británico, la magia del caos, una práctica cultivada en el ámbito underground en Inglaterra en torno a 1970. Cuenta con Alan Moore como principal bastión, reconocido autor de novelas gráficas como Watchmen o V de Vendetta. Moore es un apasionado defensor del arte y la magia, tomando como referencia figuras como el ya citado Aleister Crowley, John Dee o William Blake, y reflexionando sobre la intersección entre el ocultismo y la creatividad artística. Hecho este repaso somero por los contenidos del libro a modo de pequeñas notas, no quiero acabar sin poner de relieve la aportación de este libro que yo valoro más desde mi punto de vista como historiador del arte. Y es que considero que los grimorios son en sí una representación artística, pues no solo son construcciones escritas, sino que representan anhelos y deseos del ser humano, tanto positivos como negativos, que en su mayoría precisan de creatividad, tanto para enunciar su formulación de un hechizo como para ilustrarlo, pues en muchas ocasiones van acompañados de gráficos que contienen jeroglíficos, extrañas simbologías e incluso caligrafías inventadas, que forman parte de la magia en sí. Este libro, sin lugar a dudas, se constituye como una obra de referencia en lo que a estudio de la magia se refiere, y con un aparato gráfico más que sobresaliente, donde se recoge la práctica de la magia escrita a lo largo de las eras. Si te interesa este campo, este título ha de estar en tu biblioteca.