"¿Será verdad que la vida arranca de escenas como aquélla? ¿Será verdad que de niños vivimos la vida entera, de un sorbo, para repetirnos después estúpidamente, ciegamente, sin sentido alguno?"
El personaje de Faye Dunaway fotografía espacios vacíos y solitarios. Tiene guardadas, y solo enseña a los más íntimos, las fotos que en principio nada tienen que ver con ella pero reconoce que como autora algo de ella tienen.
En ese momento, lo único que quería era saber de ella y sus fotos.
También me ha gustado, fan de esos libros que se mueven en un alambre muy fino donde cada vez pasan cosas más extrañas y piensas que en el final se estropeará. En este caso, creo que lo cierra muy bien.
Marceline Loridan-Ivens estuvo en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Separada de su padre solo llegar, él consiguió enviarle una carta que ella no pudo conservar.
"Yo sé todo el amor que ellas contienen, las he buscado durante toda mi vida".
"Lo mismo le costaba ver el mundo dividido en dos compartimentos estancos, con los buenos de un lado y los malos del otro, como estar tan segura de tener razón para querer convertir a sus ideas a toda la población de las islas británicas".
Yo también dudo, otro que me hace mucha gracia es el operario que les instala el teléfono cuando dice algo así como si tienen algún problema que no le llamen 😂
"Comprendía en ese momento, mientras las olas nos alejaban, que Wieder y yo habíamos viajado en el mismo barco, sólo que él había contribuido a hundirlo y yo había hecho poco o nada por evitarlo" 🇨🇱
"Cuando le preguntaban si era cierto que se casaba con un señorito, sonreía, se hacía la enojada como de chanza, y fingía mirar disimuladamente la sortija... ¡Casarse! Y ¿por qué no? ¿No éramos todos iguales desde la revolución acá? ¿No era soberano el pueblo?"
"Esta tarde, antes de acostarme, quise oír el viento en los plumeros de las espadañas, como cuando mozo. Me tumbé junto al arroyo y aguardé, pero el viento no sonaba igual. Todo se va; nada se repite en la vida, hijo".
"Y ahora iba a perder para siempre la vida que había hecho suya; de hecho, en el sentido más íntimo y profundo, la había perdido ya, pero además iba muy pronto a desvanecerse en su proximidad exterior, en su comunión superficial de sonidos e imágenes".
"Pero era cierto que todos sus momentos de comunicación estaban hechos precisamente de destellos casi sin palabras, cuando parecían tropezar de improviso con la felicidad, como si hubieran encontrado, cuando menos lo esperaban, una mariposa en los bosques invernales..."