Lo que revela la familia de Julia Chuñil es solo la confirmación de la sospecha. Pero también confirma que nunca se tomó en serio la persecución política y que las mujeres somos mucho más vulnerables frente a ésta, pagando corporalmente por disentir. Que respondan también los investigadores.
Como dice la carta que posteo: hemos perdido la capacidad de conmovernos. En la otra red social alguien comparte que en algún momento estuvo a punto de tirarse y la respuesta de alguien detrás del teclado:
En la vida real las personas están actuando como si estuviesen detrás del teclado
Una día también me tocó acompañar a una joven totalmente invisible para la gente y que había sido testigo directo de un suicidio en el metro. Recién saliendo de pandemia, casi no salía de su casa y el día que sale la evacuan y ahí estaba: sola en un rincón sin poder moverse.
A propósito de esta carta y las varias que han aparecido estos días a propósito de las interrupciones en el metro, suscribo a esta que no solo aborda el problema de salud mental.
Ayer el día partió bien, se fue pique, volvió a estar bien. Todo era risas con una amiga y camino a mi casa páf! Chocamos a un hombre que se cambió intempestivamente de pista. Después de medio armar el parachoques y un cóctel de analgésicos volvimos a reírnos.
Andaba buscando una tuerca y encontré esta hermosa herramienta de mi papi. Podríamos hacer la sección: Y esto don Francis es un láser transportador Ponte tú