Bueno, aunque la bruja no estaba haciendo nada especial, solo estaba hablando y joder... es que le estaba provocando con eso labios pecaminosos.
Estúpida mujer.
Bueno, aunque la bruja no estaba haciendo nada especial, solo estaba hablando y joder... es que le estaba provocando con eso labios pecaminosos.
Estúpida mujer.
No era una amenaza, era un aviso.
No era una amenaza, era un aviso.
Hubo una pausa para poder admirar aquellos ojos color letalidad, como le gustaba lo que aquellos ojos rojizos reflejaban el sadismo de un drow.
– Solos, tu y yo. Y no pienso parar hasta que caigas dormida, Ariadna. Me da igual si he de estar dos días enteros haciendo >
Hubo una pausa para poder admirar aquellos ojos color letalidad, como le gustaba lo que aquellos ojos rojizos reflejaban el sadismo de un drow.
– Solos, tu y yo. Y no pienso parar hasta que caigas dormida, Ariadna. Me da igual si he de estar dos días enteros haciendo >
Raphael se relamió con lentitud el labio inferior y su sonrisa más socarrona apareció en aquellos pecaminosos labios de archidiablo.
– Ariadna de La Casa de la Esperanza, >
Raphael se relamió con lentitud el labio inferior y su sonrisa más socarrona apareció en aquellos pecaminosos labios de archidiablo.
– Ariadna de La Casa de la Esperanza, >
– ¿Será ahora tu victoria más concienzuda, Flor de Sussur? ¿Serás ahora más letal que nunca lo has sido?
– ¿Será ahora tu victoria más concienzuda, Flor de Sussur? ¿Serás ahora más letal que nunca lo has sido?
– Esta espada permanecerá en su vaina hasta que vuelvas.
Una pena que su miembro tembló bajo la mano de Ariadna.
Sutilmente su cola de archidiablo >
– Esta espada permanecerá en su vaina hasta que vuelvas.
Una pena que su miembro tembló bajo la mano de Ariadna.
Sutilmente su cola de archidiablo >
– Esta espada también te la ofreceré, Segunda al mando. Pero cuando vuelvas victoriosa, no antes.
>
– Esta espada también te la ofreceré, Segunda al mando. Pero cuando vuelvas victoriosa, no antes.
>
El archidiablo sonrió mostrando sus afilados dientes.
– No te bañes cuando vuelvas, quiero oler la batalla en tu carne.
Bueno, también quería oler el sufrimiento en su piel, pero esperaba que no el de Ariadna, claro.
El archidiablo sonrió mostrando sus afilados dientes.
– No te bañes cuando vuelvas, quiero oler la batalla en tu carne.
Bueno, también quería oler el sufrimiento en su piel, pero esperaba que no el de Ariadna, claro.
– Haz lo que te digo, mi letal flor de Sussur, y te prometo que las marcas las podrás dejar tu.
Raphael disfrutaba tanto de dar como de recibir, sobre todo si >
– Haz lo que te digo, mi letal flor de Sussur, y te prometo que las marcas las podrás dejar tu.
Raphael disfrutaba tanto de dar como de recibir, sobre todo si >
– Y no, no es lo único que me gusta mirar de ti, pero esas zonas ya no las podrá probar Harleep, así que me da igual, sé que las vas a tener bien cuidadas.
– Y no, no es lo único que me gusta mirar de ti, pero esas zonas ya no las podrá probar Harleep, así que me da igual, sé que las vas a tener bien cuidadas.
Y lo dijo de la forma más lasciva y sensual que un demonio podía hablar, lo dijo como si estuviera nombrando el pecado más pecaminoso >
Y lo dijo de la forma más lasciva y sensual que un demonio podía hablar, lo dijo como si estuviera nombrando el pecado más pecaminoso >
– Ten cuidado, no quiero que esa rata traicionera te toque la cara, me gusta mirarla cuando te tengo de rodillas.
Aquello sería lo más parecido a un cumplido "romántico" que Raphael pudiera decir.
– Ten cuidado, no quiero que esa rata traicionera te toque la cara, me gusta mirarla cuando te tengo de rodillas.
Aquello sería lo más parecido a un cumplido "romántico" que Raphael pudiera decir.
Raphael hizo una marca en el aire, una marca que brilló en el rojo infierno de Cania, y aquella marca flotó hacia Ariadna que chocó contra su cuello, y allí dejó "un tatuaje", ahora Ariadna tendría un hechizo que invocaría la espada de >
Raphael hizo una marca en el aire, una marca que brilló en el rojo infierno de Cania, y aquella marca flotó hacia Ariadna que chocó contra su cuello, y allí dejó "un tatuaje", ahora Ariadna tendría un hechizo que invocaría la espada de >