Si queremos cambiar algo, tenemos que dejar de ser espacios “seguros” solo en el relato. Y empezar a convertirnos en espacios valientes: donde nombrar, sostener y actuar no sea la excepción, sino la norma.

Porque no basta con decir “aquí te creemos”. Hace falta que, cuando una señala, el resto se coloque a su lado, no detrás. Hace falta que la figura del agresor no se diluya jamás, ni por miedo, ni por comodidad, ni por complicidad involuntaria.

Y aquí viene el punto incómodo:
Si nos vendemos entre nosotras como “espacio seguro”, pero no asumimos las consecuencias de responder a la violencia, cada una en el grado en que puede, entonces seguimos engrasando el engranaje del patriarcado. Aunq duela y no nos guste escucharlo

uno al día yo creo

el otro día vi volviendo a casa las luces más feas que he visto en mi vida en madrid debí hacerle una foto para poder hacer este hilo

gracias he llegado al mínimo para que se reconozca como buen hot take

tengo muchos para hoy pero me están fumigando laboralmente el capitalismo no me permite ser yo

hay sueño todas a dormir buenas noches

tenemos que coger turno para estar calladas se nos hunde esta red social

yo pienso “tina”

pido una sincera disculpa la vida me pasa por encima