A ti por recordármela! De hecho tu publicación me la ha traído a la memoria porque quedé con la sensación, en ese último tomo, de que la urgencia le obligó a prescindir en cierta medida del estilo más florido y lleno de anotaciones con tal de poder dar por acabada la obra. Pero igual me equivoco!

no habiendo tenido tiempo de ponerlas en mayor seguridad en un libro, apretaba ansiosamente, con su pulpa estremecida, protectora, pero frágil.”

el yacimiento mismo; ahora bien, pasado un momento, cuando volviera a mi casa, bastaría que el auto que yo tomara chocase con otro auto para que mi cuerpo quedara destruido y mi espíritu, del que se retiraría la vida, tuviera que abandonar para siempre las ideas nuevas que en ese momento,

una rica cuenca minera donde había una extensión inmensa y muy variada de yacimientos valiosos. Pero ¿tendría tiempo de explotarlos? Yo era la única persona capaz de hacerlo. Por dos razones: con mi muerte habría desaparecido no sólo el único obrero minero capaz de extraer esos minerales, sino hasta

Proust lo dice de manera sobrecogedora en El tiempo recobrado: “Ahora, sentirme portador de una obra hacía para mí más temible un accidente que me costara la vida, lo hacía hasta absurdo (en la medida en que esta obra me parecía necesaria y duradera), […] Yo sabía muy bien que mi cerebro era

Y el hacer público el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que será una fiscal del perfil de Teresa Peramato quien sustituya a García Ortiz, parece de nuevo una contrarrespuesta que pasa a la ofensiva. Contra el 20, el 25N