«Si me dicen que las vacunas son buenas, yo digo que son malas».
Y así siguen toda la vida. Fumando en el baño de la escuela pasados ya los cuarenta.
«Si me dicen que las vacunas son buenas, yo digo que son malas».
Y así siguen toda la vida. Fumando en el baño de la escuela pasados ya los cuarenta.