Te pones Aelita para ver a Yuliya Solntseva haciendo paridas vestida como reina de Marte, te quedas por el tremendo melodramón de celos, adulterio y dobles que se desarrolla en la Tierra entre imágenes documentales de la URSS.

¡Y a pesar de todo a Gance se le quedaba pequeño!

Diríamos que esto tiene todas las papeletas para convertirse en mi imperio romano.

Tengo la revisión fresquísima en un avión (?) con la firme convicción de que era la persona que mejor había escogido de todo el vuelo.

«Francamente, si un conejo con pintalabios no te hace gracia no tenemos nada de qué hablar».

A decir verdad ni siquiera recuerdo mis pegas concretas, que seguramente fueran necias y superficiales; solo tengo más fresco que la última, I'm Thinking of Ending Things, me pareció sublime y aquella no tanto.

¡Yo en realidad espero que sea un poco mejor!

Le tengo muy descuidado con sus pelis recientes a mí pesar pero esa aplicación realista de los códigos del cine de género era de lo más interesante en sus primeras películas, especialmente sugerente en Yella (2007).

Hay pelis para ver con expectativas y otras que es mejor ir con expectorantes.

Lo que tildarían de wokismo = un marco de ficción diverso y tolerante con la multiplicidad de vivencias más un constante señalamiento de la perversidad y deshumanización cínica del capitalismo corporativo. Pero mira le reventamos la cabeza a un tío y calladitos.

Única dirección permitida: de la mesa a la boca.

Me pido 👍🏼