Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.
Ellas vuela sola
Grande fue mi desconsuelo,
más que grande, extraordinario,
porque el vuelo primero
que hice en solitario,
llevé como pasajero
a un piloto imaginario
que me hizo de niñero,
que no es asunto ligero
mi puesto hereditario
y mejor mentir primero
que aceptar lo contrario.