—¡Wooooow! ¡Este lugar es enorme! —exclamó Paimon sorprendida—. ¿Crees que los antiguos tripulantes de la nave eran numerosos? ¿Como se llamaban? ¿Amalides… aladides?

—Adalides —aclaró la viajera con una risita—. Supongo que debieron serlo, este lugar se ve bien equipado.

la panza, Paimon.

Lumine seguía a su amiga que avanzaba flotando por el lugar. Aunque siendo justos, sí que era importante saber si tenían comida y de haberla, cuántas raciones habían.

De esta forma llegaron al nivel intermedio. Justamente al comedor y la cocina.

»

saber mejor qué podemos hacer cada uno para ayudar. O… qué requieren algunos para ayudar.

Miró a Andrew con esto último.

—¿Te has encontrado con alguien más de Teyvat aquí?

diferente a lo que el Abismo buscaría.

No tenía sentido que fueran ellos, no conociendo sus ambiciones.

—Esto es algo más —dijo, esta vez mirando a Mona—. Pero creo que nos trajeron a este sitio con un propósito el asunto es… averiguar cuál es.

Vaya predicamento.

»

teorías al respecto.

Pero Lumine, quién también sopesaba la idea con una expresión más seria, terminó negando con la cabeza.

—No, no lo creo que esto sea cosa del Abismo —replicó.

—¿No? —Paimon le miró confundida.

—La energía del Abismo se siente diferente… además, siento que esto es bastante »

—¿Tú tampoco sabes…? —Lumine respondió a su pregunta—. La verdad es que nos despertamos hace poco, pero parece ser que ya no estamos en Teyvat. Además… no somos las únicas aquí, parece que hay más personas de otros mundos en este lugar.

Posiblemente habían pasado por lo mismo.

—¡Paimon pensó que era el fin! ¡Qué bueno que estás bien! —chilló la más pequeña.

¿Cómo no? Después de todo el asunto de los orbes y ver a Teyvat ser literalmente destruido por un apocalipsis desconocido, la angustia de saber si sus amigos estaban bien las había carcomido.

»

el origen del grito.

—¡Monaaaaaaaaaaa! —Paimon llamaba a grande voz, usando sus manitas en la comisura de sus labios como amplificador.

de activación!

Estaban acostumbradas a esos.

—BB, ¿verdad? —Lumine se dirigió a la chica—. ¿Por qué no pruebas tú también ponerte en un pedestal'

Y mientras decía ello, se dirigió a otro pedestal cercano. El que rezaba Sacro. ¿Pasaría algo?

notar alguna anomalía pero…

—Creo que no… —miró a los otros—. ¿Se sienten diferentes?