La gracia de lo de "la Pim pam pum" me ha aliviado en cierta medida la indignación que como vascoparlante me había generado esta estúpida.

Te acabo de oír en la Uno: Feijoo (y Ayuso) siempre lee. Dices que se debería aprender lo que dice. Imagino que te has callado por respeto la sensación que tengo yo: que la gracieta de cada día se la escriben a uno y a otra buenos redactores e ingeniosos...digamos monologuistas.

De hecho los lingüistas actuamos como científicos cuando hacemos modelos predictivos sobre datos empíricos...que en nuestro caso pueden provenir de nuestra propio conocimiento linguístico, en principio no consciente.

Yo bajé a comprar uno y, por alguna razón extraña, decidí no encerrarme en casa y salí a pasearme con él por toda la calle Balmes de Barcelona. No hace falta decir que jamàs había hecho semejante cosa. Vi a gente con transistor que reunía e informaba a otras personas.

Lo que seguro que no es mágico es no leer

Un compañero lingüista me dijo una vez que los lingüistas vemos lo maravilloso en lo que el hablante común percibe como sencillo, y en cambio interpretamos como sencillo lo que el hablante ve como maravilloso.

Y además, nos entenderán los que comparten nuestra lengua, aunque nunca esas palabras hayan sido pronunciadas juntas.

Por definición, la derecha trata de conservar y la izquierda trata de cambiar. Casi diría que hasta las leyes de la naturaleza ayudan a la derecha, y la izquierda lo tiene mucho más difícil.

@ilaka.bsky.social 🙂

Es que la derecha simplemente quiere conservar lo que tiene y eso resulta una tarea bastante sencilla. En cambio la izquierda hace uso de lo que hoy en lenguaje no político se llama "empatía" y trata de mejorar con justicia la situación de los demás, lo cual resulta siempre difícil.

¡Ahora he recordado que tu artículo mencionas nuestro "zurrumurru", que funciona sin problemas como N!