El INSST ha publicado un estudio donde analiza el impacto de la hiperconectividad laboral en la salud mental de los y las trabajadoras.

Afirman que la desconexión digital es clave y advierten de los riesgos del estrés tecnológico y de la fatiga informática

En la hiperconectividad del siglo XXI, el flujo constante de información se ha convertido, paradójicamente, en una fuente de profunda desorientación y cinismo colectivo. El ruido mediático, a menudo dominado por el sensacionalismo y el pesimismo, amenaza con paralizar la capacidad humana para creer y construir un futuro mejor. En este escenario, la necesidad de una comunicación que no solo informe, sino que intencionalmente inspire y movilice, se ha vuelto crítica.

Todos llevamos un móvil en el bolsillo 24/7, lo que no quiere decir que debamos estar disponibles por ello.

En nuestro imaginario existe una idea más o menos clara de lo que es un meme. Lo asociamos al tipo de imágenes estáticas que, acompañadas por texto, circulan por foros y redes sociales con una intención humorística. Fue en esa forma cuando se popularizó el término, coincidiendo con el clímax de la vida online 2.0: pasamos de una interacción unidireccional con los entornos digitales a una expansión de las posibilidades comunicativas en internet.

La propuesta que los investigadores le hicieron a un grupo de adolescentes era sencilla: que chequearan en sus celulares cuánto tiempo pasaban conectados. El resultado los dejó helados. “Muchos se sorprendieron. Hay chicos que están 14 horas por día solo en redes sociales: a eso hay que sumarle el resto de las pantallas”, cuenta Fabricio Ballarini, biólogo e investigador del Conicet, al referirse a una serie de encuestas que con su equipo le hicieron a estudiantes de distintas escuelas.

Expertos investigan la relación del 'boom' del absentismo de origen psicológico con la hiperconectividad fuera del horario laboral

En estos días estuve pensando en nuestra cotidianeidad y en por qué hacemos las cosas que hacemos. Por qué miramos una serie, por qué escuchamos una banda, por qué vamos a un recital, a determinado restaurante, por qué vamos a correr, etc. La primera respuesta que sale tiene que ver con el algoritmo, claro, el bendito algoritmo que nos dice qué hacer, pero también aparece el FOBO (Fear of Being Out), que es ese síndrome por el cuál hacemos cosas para poder filmarnos y mostrarle al mundo que la hicimos porque no queremos dejar de ser parte de la moda del momento.

En una era definida por la hiperconectividad y el avance tecnológico sin precedentes, la capacidad de utilizar las herramientas digitales para un bien mayor se ha convertido en una verdadera fuerza transformadora. Jhon Jadder Buitrago Valencia, una figura visionaria y polifacética, ha comprendido profundamente este potencial, integrando la revolución digital en el corazón de su misión inquebrantable: «Crear un mundo más positivo».

La vida laboral ha cambiado radicalmente con la digitalización. Hoy, muchas personas terminan su jornada sin salir de casa, pero con el teléfono encendido, el correo corporativo activado y los grupos ...

La vida laboral ha cambiado radicalmente con la digitalización. Hoy, muchas personas terminan su jornada sin salir de casa, pero con el teléfono encendido, el correo corporativo activado y los grupos de trabajo en WhatsApp funcionando a cualquier hora.