Joaquín
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Joaquín
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Me gustan los manuscritos apolillados, especialmente de la Nueva España. https://hcommons.org/members/joaquinrodriguez/
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Me declaro fanático de los verbos que etimológicamente implican animales:
-Amilanarse, Acobardarse como un milano.
-Alebrestarse, Alborotarse como una liebre.
-Pavonearse, Alardear como un pavo.
-Azorar, Asustar como hacen los azores (aves rapaces).
-Agazaparse, Esconderse como un gazapo (conejito).
Va otra etimología griega curiosa. La raíz para "niño" (παιδός), que nos dio "pedagogo", "pedofilia" o "enciclopedia" ("enseñanza global"), generó el verbo antiguo παιδεύω, que significaba "educar". Pero, como también era "reprender" o "castigar", en griego moderno significa "atormentar", "torturar"
La gran lección de vida que da el estudiar música es aprender que lo que más deslumbra por su rapidez se consigue sólo mediante un trabajo lento, de concentración y pausa total.
Muy útil conocer la lista de factores que da Paxton (en "Anatomía del fascismo") que sirvieron como caldo de cultivo para el fascismo:
Claro que uno podría escribir: "El capitalismo estadounidense ha hecho daño a Latinoamérica". Pero mejor como lo dijo Neruda: "Llegó el dólar de dientes agresivos a morder territorio en la garganta pastoril de América".
En la Grecia antigua ya estaba el estereotipo del escritor "wannabe" (se le llamaba σχολαστικός). Acá un chiste antiguo: “Un intelectual astuto que estaba falto de dinero se puso a vender sus libros. Escribiéndole a su padre, le dijo: ‘Alégrate por mí, padre, pues la escritura ya me alimenta’”.
Un epitafio que escribió Calímaco para un tal Timón:
"—¿Qué odias más, la tiniebla o la luz, Timón, ahora que estás muerto?
—La tiniebla, pues hay más de ustedes en el Hades."

Me cayó bien su misantropía.
Son bien raros los días en que siento que hablo más con los muertos que con los vivos.

*Sigue leyendo a Cicerón.
Indicios de que estamos ante un texto generado por "inteligencia artificial":
-Puras generalidades con frases que apantallan pero no dicen nada.
-Puntuación perfecta y tendencia hacia la parataxis (oraciones yuxtapuestas y poca subordinación).
-Abuso de estructuras del tipo "No es tal, es tal".
Yo aventuraría que el alumno promedio de escuelas públicas en México llega a la universidad sin que nunca, ni en un sólo momento, alguien le haya dado retroalimentaciones reales sobre un texto escrito suyo. Y no sería tan raro que esto se prolongara en su formación universitaria. En fin...
En un sistema educativo como este (México), donde cada gobierno se inventa alguna novedosa pedagogía en lugar de propiciar que el profesorado haga retroalimentaciones reales a lo que escriben los alumnos, el uso de IAs llegó para quedarse: tanto la escritura como la evaluación se vuelven una broma.
Es que acabo de leer que una obra de teatro de 1789 se le ha atribuido a Lope de Vega. Digo, yo sé que Lope se inmortalizó gracias a su trabajo literario, pero hay niveles.
En esta época de revisión de trabajos sólo puedo pensar que cada vez me parece mayor la tragedia que está provocando en la escritura el uso de inteligencias artificiales. Parece que, cuanto más absurdo o erróneo es el disparate, con más aplomo se afirma.
Ya ni sé. Sospecho que son ambas. Es casi como si el sinsentido ya se pudiera respirar en el aire.
Y también debo decir que en mis clases veo, en las caras de todo el alumnado, una especie de derrota generalizada. Es un desgaste no sólo físico, sino anímico.
Siento que este semestre sí me está derrotando.
Quien me hizo este dictamen lo hizo con mucho, mucho esmero. Gracias infinitas a esa gente en la academia que se toma con seriedad hacer críticas constructivas.
Justamente creo que la grandeza de Sor Juana se puede medir (entre muchas otras cosas) por la forma en que repudió la fama y retrató todos sus problemas.
Nada impide tanto agradar como el deseo intenso de agradar.
Para aquello de "pedirle peras al olmo", los romanos decían "querer ordeñar al chivo". Y ya, me parece más florido.
Sí había un círculo del infierno específico para los leguleyos aprovechados y voraces, ¿verdad? Qué personas tan detestables.
¡Ahhhhhh! ¡Qué alegría!
En una cultura que cercena por completo la quietud, la contemplación y por tanto la creatividad, era de esperarse que proliferaran a tal grado los talleres (de precios muy variados) para crear.
Todo sea por la sana (aunque dolorosa) ñoñería de no dejar cabos sueltos.
¡Anda! ¿Y no podrá ser que a lo mejor nomás no quieres acabarla? Intuyo que ya está prácticamente concluida y redondita.